En un partido que prometía ser una celebración del fútbol juvenil, la tragedia asomó en el estadio Gómez Castro cuando, a cinco minutos del final, dos jugadores chocaron violentamente. Uno de ellos, tras recibir el impacto, cayó al suelo de manera inconsciente y permaneció tumbado en el césped durante un prolongado lapso de tiempo. La situación se tornó crítica cuando el árbitro de línea se acercó para realizar maniobras de reanimación mientras se solicitaba asistencia médica.
A pesar de la gravedad del incidente, la ambulancia tardó más de 20 minutos en llegar al estadio, un retraso que ha generado indignación entre los asistentes y los padres de los jóvenes deportistas. En instalaciones deportivas donde participan numerosos niños, la falta de presencia inmediata de personal médico o al menos una ambulancia parece inaceptable. Este tipo de situaciones pone en riesgo la seguridad de los menores, pues un golpe mal atendido puede desencadenar consecuencias fatales.
Afortunadamente, el jugador afectado fue sometido a varias pruebas médicas y su estado es actualmente estable. Sin embargo, este incidente ha abierto un debate crucial sobre la necesidad de establecer protocolos de seguridad más estrictos en eventos deportivos locales. Muchos padres han expresado su preocupación y exigen al ayuntamiento de San Fernando que tome medidas inmediatas. Además, solicitan la intervención de la federación de fútbol para asegurar que se implementen normas adecuadas que garanticen la salud y bienestar de todos los deportistas en las canchas de la ciudad.
La comunidad futbolística espera que este lamentable suceso sirva como un llamado urgente a la acción, para que situaciones similares no vuelvan a ocurrir en el futuro.
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