El pasado fin de semana, la Hermandad de Cádiz volvió a hacerse presente en el Santuario de la Santísima Virgen del Rocío, en la Aldea, para celebrar la Misa Anual Extraordinaria. Este evento, que congrega a fieles de diversas localidades, se llevó a cabo bajo la solemnidad y el fervor que caracteriza a estas tradiciones religiosas, y fue presidido por el Rvdo. Alfonso Gutiérrez Estudillo, quien ofreció una reflexión profunda sobre la importancia de la fe y la devoción hacia la Virgen del Rocío.
Desde primeras horas de la mañana, numerosos hermanos y hermanas de la hermandad comenzaron a llegar al Santuario, donde el simpecado de Cádiz lucía en todo su esplendor. Los asistentes, ataviados con sus mejores galas, se unieron en un espíritu de comunidad y devoción, dispuestos a rendir homenaje a la patrona de los romeros. La misa dio inicio en un ambiente de recogimiento, con cantos litúrgicos que evocaban la tradición y la historia de esta singular celebración por el coro de la Hermandad del Rocío de Cádiz.
En su homilía, el Rvdo. Alfonso Gutiérrez Estudillo destacó la necesidad de mantener vivas las tradiciones y raíces que unen a los pueblos y a las distintas hermandades. En un mensaje dirigido a los presentes, subrayó la importancia de la unión y la solidaridad, no solo en el ámbito religioso, sino también en la vida cotidiana. «La Virgen del Rocío nos llama a estar unidos, a caminar juntos en nuestra fe y a ayudar a quienes más lo necesitan», afirmó durante su intervención.
Tras la misa, que contó con la asistencia de más de un centenar de feligreses, la hermandad organizó una convivencia en su casa de Hermandad, donde los hermanos pudieron disfrutar de un momento de encuentro y compañerismo. Este tipo de actividades son esenciales para fortalecer los lazos entre los miembros de la hermandad y fomentar un sentido de pertenencia que perdura más allá de las festividades.
La convivencia ofreció un espacio propicio para compartir anécdotas, recuerdos y experiencias vividas en anteriores romerías. Las mesas se llenaron de platos típicos y dulces tradicionales que los asistentes llevaron consigo, creando un ambiente festivo y cálido. Entre risas y conversaciones, se reafirmó el compromiso de todos los presentes de seguir manteniendo viva la tradición de la Hermandad de Cádiz y su vínculo con la Virgen del Rocío.
Este año, el encuentro cobró un significado especial, ya que se recordó a aquellos hermanos que ya no están físicamente, pero cuya memoria y legado continúan siendo parte fundamental de la hermandad. Momentos emotivos de recuerdo y oración fueron compartidos, profundizando aún más el sentido de comunidad y pertenencia que caracteriza a la hermandad.
La Misa Anual Extraordinaria y la posterior convivencia en la casa de Hermandad reflejan el compromiso, la devoción y la alegría de la Hermandad de Cádiz hacia la Santísima Virgen del Rocío. Con gestos sencillos pero significativos, los hermanos renuevan su fe y su promesa de seguir adelante, manteniendo vivo el espíritu de la tradición y la unidad en torno a su Patrona.
Así, un año más, la Hermandad de Cádiz se hace eco de la llamada de la Virgen, reafirmando su papel en la comunidad y celebrando la riqueza de su historia y su fe.






