La Organización de Productores Pesqueros Artesanales de la Lonja de Conil (OPP72) ha advertido que la producción ha caído de 711.829 kilos en 2015 a los 364.632 kilos en 2024, lo que representa un descenso del 48,8% en nueve años. Es por eso que han vuelto a reclamar ayudas ante esta situación.
Entre los factores que explican, a su juicio, esta situación está la proliferación del alga asiática, «que invade las redes y reduce la eficacia de las faenas»; las alteraciones derivadas del cambio climático, que modifican los ciclos y migraciones de las especies; y la presencia estable del atún rojo en las costas, convertido en «depredador permanente que impacta gravemente a la flota artesanal».
Así se refleja en el diagnóstico sobre la evolución de la actividad pesquera durante el período 2015-2024 que ha hecho la organización, donde el año 2025 se confirma como «uno de los peores registrados», con descensos «significativos» en volumen de capturas y facturación.
En una nota OPP72 ha alertado que estos resultados «ponen en riesgo la viabilidad económica de más de 200 familias que forman la flota pesquera del puerto pesquero de Conil».
Las ventas en lonja «han resistido gracias al elevado precio en primera venta», aunque haciendo hincapié en que han sufrido una caída del 15,17%, lo que equivale a 692.991,13 euros menos, pasando de 4.569.093,26 euro en 2015 a 3.876.102,13 euro en 2024.
La organización ha señalado que las familias afectadas afrontan «costes fijos y variables elevados» –cotizaciones, pólizas, aparejos, carnadas y combustible–, mientras sus ingresos «caen notablemente». «Muchas jornadas terminan con descargas muy por debajo de lo necesario o con redes inutilizadas por algas», han lamentado.
Un ejemplo reciente son varias embarcaciones asociadas, que regresaron «con toda su faena perdida por la presencia masiva de alga asiática en sus artes de pesca».
Ante todo esto, la OPP72 ha solicitado a las autoridades competentes la adopción «inmediata» de medidas que incluyan programas de gestión del alga asiática «que cuente con la opinión del sector pesquero», políticas adaptadas a los efectos del cambio climático en la pesca artesanal, regulación específica sobre la presencia del atún rojo, y apoyos financieros directos a la pesca artesanal para garantizar su viabilidad.
«Esto produce un desequilibrio importante que requiere de respuestas rápidas y eficientes hacia el sector. Los datos demuestran que nuestro sector local está en una situación bastante complicada, con la incertidumbre de saber cómo afrontar el futuro próximo», ha señalado el gerente de OPP72, Nicolás Fernández.






