En un contexto de transformación profunda del comercio, Alcampo ha anunciado un plan de ajuste que implicará el cierre de hasta 25 supermercados en España y el despido de 710 empleados, lo que representa el 3% de su plantilla de aproximadamente 23.300 trabajadores. Esta medida ha generado una gran preocupación tanto entre los empleados como en las comunidades afectadas, ante la incertidumbre sobre qué establecimientos serán cerrados.
Según el sindicato CCOO, la compañía ha proporcionado un listado preliminar de los centros que se verán impactados por esta reestructuración, que incluye hipermercados en varias localidades. Entre ellos destacan tres en la Comunidad de Madrid: Alcorcón, La Vega y Majadahonda, así como supermercados en Castellón, Albacete, Sanlúcar, Jerez y Sevilla Este, además de otros en regiones como La Rioja, Cantabria, Navarra, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Galicia, Aragón, Asturias y País Vasco.
El objetivo declarado de Alcampo es «aumentar la cercanía a sus clientes», lo que ha llevado a la empresa a adquirir un paquete de 224 supermercados en 2023. Sin embargo, muchos de estos no se ajustan a su modelo de negocio, lo que ha motivado esta reestructuración. La compañía sostiene que este camino hacia la sostenibilidad y la eficiencia operativa es crucial para garantizar su crecimiento a largo plazo y asegurar su competitividad en un mercado en constante cambio.
En respuesta a esta situación, CCOO ha enfatizado su compromiso con el mantenimiento del empleo, y ha convocado la mesa negociadora del despido colectivo, donde se espera que la dirección de Alcampo proporcione toda la documentación necesaria para comenzar las negociaciones. El sindicato ha dejado claro que su principal objetivo es salvaguardar el empleo existente y asegurar que cualquier despido se realice bajo las mejores condiciones posibles.
El plan de ajuste también incluye una reducción de la superficie de 15 hipermercados, así como la modernización de más de 60 tiendas y un refuerzo de su comercio online. Estas acciones están alineadas con las nuevas tendencias de consumo, donde los consumidores prefieren tiendas más pequeñas y convenientes que se adapten mejor a sus necesidades particulares.
A nivel medioambiental, Alcampo ha sellado un acuerdo de suministro de energía renovable, lo que refleja un compromiso con la sostenibilidad. Sin embargo, la incertidumbre que rodea los despidos y cierres sigue generando inquietud entre los empleados y todos aquellos que dependen de los supermercados para su sustento.
En conclusión, el plan de ajuste de Alcampo destaca la compleja realidad del comercio moderno, que precisa adaptarse rápidamente a las cambiantes demandas del consumidor. Mientras la empresa busca eficientizar su operación y aumentar su cercanía con los clientes, el impacto social de estas decisiones plantea desafíos significativos que requieren un enfoque cuidadoso y responsable en la transición hacia un modelo más sostenible.





